¡Qué amargo fue!
Qué amargo fue saber de aquel engaño
cuando yo te soñaba ilusionada
deseando vivir enamorada...
la verdad te volvió lejano; extraño.
No supiste el alcance de tu daño
ni hasta donde caló la puñalada
que intentaba olvidar desesperada...
fue imposible volver a lo de antaño.
Hoy navego en el mar del sufrimiento
sin nombrar el ayer que me atormenta
a merced de algún soplo de aire o viento.
Emerge ese recuerdo que me ausenta
y anula todo nuevo sentimiento.
¡Imploro que si llega no me mienta
Elvira Sierra
(Mayo 2012)
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