Cuánto dolor
Cuánto dolor ahora, en esta tarde.
No puedo abrir los ojos, amor mío;
galopa por mis sienes un vacío
destructor, sin que nada me resguarde.
De tanto cavilar, mi razón arde...
se enfrentan las palabras al desvío
que no logro alcanzar cuando me expío
y no quiero esquivar, no soy cobarde.
Necesito silencio. Rumor de olas
que me arrullen en este desconsuelo
devastador que aquí digiero a solas.
En esta oscuridad bajo el pañuelo,
solo el vaivén del mar y las marolas
del océano saben de este duelo.
Laceran los latidos del hastío...
Elvira Sierra
Julio 2014
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