Te quiero tanto…
Te quiero tanto amor, te quiero tanto…
que vivo día y noche en este sueño.
Mi vida te entregué. Tú eres el dueño
de un pobre corazón y un desencanto.
Tuyo es hoy el lamento de mi canto
y el grito lastimero que reseño
rasgado en un rimar norte-sureño
con hilvanes perlados de mi llanto.
Tu recuerdo es la fuente cristalina
que mana en mí, mas nunca beberé
sabiendo que se vuelve agria y dañina.
¡Qué sinrazón, amor! Me envenené
mil veces en las aguas con verdina,
pero tu agua ¡no puedo...! Y moriré.
Elvira Sierra
Julio 2014