Tu boca
No es de nadie. Hoy, es mía ya tu boca.
Se entregó voluntaria a mi tutela,
se entregó con pasión voraz y loca;
me nombró su guardiana y centinela.
Señora de ese reino soberana;
la beso tres mil veces en una hora.
Y, a deshora, me bebo miel que mana
de su fuente leal y seductora.
Tus besos dan; me quitan paz y calma.
Suspiro, me suspiras y me abrazas
el último rincón; besas el alma
donde nadie llegó. Allí, tú me enlazas.
No hay más cielo, ni tierra, ni utopía...
solo existe tu boca aquí en la mía.
Elvira Sierra
Junio 2014
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