Nada queda de ti
Nada queda de ti, ni el pensamiento;
y hasta ayer eras luz de mi mañana,
reflejo de la luna en mi ventana.
Ya no hay día, ni noche; ni hay momento...
Nada queda de ti, ni sentimiento.
Se adueñó del vacío la desgana;
mente y alma encontraron su nirvana
y enterraron por siempre su lamento.
No hay llanto ni alegría; ni un recodo
a terneza de amor que ya olvidada
desconoce el placer y su acomodo.
Ya no hay sol, ni lucero en mi alborada,
una ausencia absoluta llena todo.
Nada queda de ti, nada de nada.
Elvira Sierra
(Octubre 2013)
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