Romanza ilusoria
Y yo, negando mis besos
a quien de amor se moría,
y él, que ya andaba jugando,
con mi penar, sonreía...
que los besos le negaban,
que no le correspondían,
que era la ficción del verso
comentó por fin un día.
Y yo, escuchando callada,
aunque poco comprendía,
que teniéndolos a miles,
robar otros pretendía…
y yo, ocultando mi llanto
mientras él se sonreía,
disimulaba mi pena,
me lamía las heridas
y soñaba en la manera
de equilibrar la partida;
que en las cosas del amor
nada es “por toda la vida”.
Sin que tú lo esperes puede
cambiar de boca la risa
y no en la ficción del verso,
ni soñando, ni dormida...
sino una tarde cualquiera,
o mañana, o mediodía;
¡daré yo la carcajada,
será tuya mi agonía!
Elvira Sierra
(Mayo 2013)
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