Besos perdidos
De paseo por la arena,
me acompaña el pensamiento,
pero voy sola, tan sola
que no vienen ni mis perros.
Mi cuerpo tampoco viene,
lo que camina es mi espectro
que vaga al ras de la orilla
con la mirada a lo lejos.
Veo un drago, las palmeras,
mi pequeño limonero...
y al fondo veo el olivo
del que cuelgan tus espejos,
esas verdes aceitunas
que alimentan mis desvelos…
Y se me hace agua la boca
cuando yo de ellos me acuerdo
y con ella ensalivados
vienen nadando mil besos.
Esos besos que no dimos,
¿en dónde se nos perdieron,
dónde quedaron cautivos,
se los quedó un mensajero?
Los tuyos los regalaste,
los míos quedaron dentro.
Y así, sin destino viajan
entre la brisa y el viento
y van flotando en el aire
con un rumbo muy concreto,
quieren llegar a tu boca,
mas no saben cómo hacerlo,
para besarte en los labios
mientras que tú estés durmiendo.
Y si el beso te despierta,
dirán que todo fue un sueño,
que por la ventana abierta
se colaron dos luceros
y al ver tu boca tan sola,
allí dejaron su sello.
Tu boca ya no es mi boca,
pero ¡cómo la recuerdo!
Elvira Sierra
Agosto 2014
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