Sin duende...
Te dejó el duende solo; se ha fugado.
No puede soportar y se retira.
No duda en apartarse de tu lado.
¿Dónde estará la musa que no inspira?
¿Dónde quedó la fuente transparente...?
A veces el caudal calla y espira.
La verdad es que el verso está silente,
ya no cantan acentos interiores,
ni la métrica sigue consecuente.
Recuerdo aún qué bellos resplandores
dejaban tus poemas en la noche
llenando luna y cielo de fulgores...
regalando lirismo hasta el derroche.
¿Qué ha pasado contigo, amigo mío?
¿Quién te robó talento y poderío?
Elvira Sierra
Octubre 2014
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