Ocasos nacientes
El amor esta noche florecía en mi boca,
entre sombras oscuras, en penumbra se abría
y en las sábanas blancas su color refulgía;
dondiego en el jardín, espuma sobre roca.
Galán de oscuridades, de amores silenciosos
que germinan callados a la luz de la luna.
Son ocasos nacientes sin promesa ninguna;
los oculta la aurora y se guarecen celosos.
Dulce miel que ha dejado su señal en mis labios,
el sabor del deseo, la fragancia del nardo,
yerbabuena o limón. Con pasión me los guardo,
aroman a mis sueños borrando los agravios.
Hoy navego en tus mares, sin adornos, sin tul;
mi blanca piel desnuda... se vuelve blanquiazul
entre sombras oscuras, en penumbra se abría
y en las sábanas blancas su color refulgía;
dondiego en el jardín, espuma sobre roca.
Galán de oscuridades, de amores silenciosos
que germinan callados a la luz de la luna.
Son ocasos nacientes sin promesa ninguna;
los oculta la aurora y se guarecen celosos.
Dulce miel que ha dejado su señal en mis labios,
el sabor del deseo, la fragancia del nardo,
yerbabuena o limón. Con pasión me los guardo,
aroman a mis sueños borrando los agravios.
Hoy navego en tus mares, sin adornos, sin tul;
mi blanca piel desnuda... se vuelve blanquiazul
Elvira Sierra
Octubre 2014
Precioso poema. Besos
ResponderEliminarGracias Hanna, la verdad es que a pesar de ser alejandrinos no están muy encorsetados, vuelan libres... Un beso
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