Con las alas extendidas
Porfiaba el corazón que me cuidara
previniendo pasiones doloridas
que el sentimiento bordan con heridas,
que el linde del amor no atravesara.
Silencié su consejo en la algazara,
me adentré con las alas extendidas,
el deseo olvidó las advertidas
y se entregó total, como soñara.
Me aferraba a tu cuello con locura
empapada de amor hasta los huesos
y apostando con mi alma en la aventura.
Me perdí en el perfume de tus besos
dejando relegada la cordura
y en el culto a tu gloria están profesos.
Elvira Sierra
Abril 2013
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