domingo, 28 de diciembre de 2014
lunes, 22 de diciembre de 2014
domingo, 21 de diciembre de 2014
jueves, 18 de diciembre de 2014
NADA NUEVO
Nada nuevo
Anoche te pensé, no es nada nuevo.
Al llanto secuestré bajo la almohada
que esconde entre plumón un mar de olvido
y sigue oliendo a ti sin conocerte.
Rendida me embarqué sin querer viaje;
sin rumbo, sin timón ni marinero.
Dando vueltas a un círculo vicioso,
oscuro y sin estrellas referentes.
Asoma una inquietud... son azulinos
deseos que se opacan justo al alba,
cansados de mirar entre las sombras.
Las luces aclararon la negrura
y yo cerré los ojos con alivio...
Disfrutaré del sol hasta su ocaso.
Al llanto secuestré bajo la almohada
que esconde entre plumón un mar de olvido
y sigue oliendo a ti sin conocerte.
Rendida me embarqué sin querer viaje;
sin rumbo, sin timón ni marinero.
Dando vueltas a un círculo vicioso,
oscuro y sin estrellas referentes.
Asoma una inquietud... son azulinos
deseos que se opacan justo al alba,
cansados de mirar entre las sombras.
Las luces aclararon la negrura
y yo cerré los ojos con alivio...
Disfrutaré del sol hasta su ocaso.
Elvira Sierra
Diciembre 2014
martes, 16 de diciembre de 2014
FELIZ NAVIDAD, O COMO SE DIGA (RENOVANDO VOTOS)
Aprovecho este poema de mi buen amigo Nésthor Olalla, para desear una Feliz Navidad, y esperar que el año 2015 sea definitivo en cuestión de satisfacciones y logros personales, que sea la niña bonita de nuestra vida...
FELIZ NAVIDAD, o como se diga (renovando votos)
A aquellos que no se saben,
y a aquellos que aunque se saben
nunca reparan en ello.
A aquellos que naufragaron bajo el inclemente azote
de una tormenta de pena.
A los que viven fugados, escondidos y exiliados
por miedo al puro fervor y a la inquebrantable fe
de sus fieles partidarios.
A todos los que sembraron en sus campos utopías y le florecieron coles
A todos los que fijaron su arraigo en una nación infectada por la paz. .
A aquellos que ya sólo se aman sobre lechos de ceniza.
A los que están en peligro de rendirse a la prudencia.
A los lógicos de atar,
presos en la trabazón de sus propios algoritmos.
A los que viven sin causas, atrapados en la náusea,
acumulando rutina,
amontonando costumbre,
y atesorando indigencia en su placidez vital.
A todos los saltimbanquis.
A todos los estreñidos.
A todos los mercachifles.
A todos los quincalleros.
A todos los sin calor.
A todos los embusteros.
Al tonto de mi lugar.
A todos los no adaptados por su impúdica insolencia;
pues para ellos no habrá reino alguno bajo el cielo.
A aquellos que desahuciaron aun sin dejar de pagar.
A aquellos que se quedaron.
A los que nunca vinieron.
A los que jamás llegaron.
Y a aquellos que nunca fueron.
A los que siempre se van.
A todos los desterrados que se les tragó la tierra que les dieron a heredar.
A los que miran atrás sólo para ver su sombra.
A los que siempre se enteran los últimos de su muerte.
A los que se quedaron fríos al ver lo que se encontraron tras haber hurgado en sí.
A aquellos que no dejaron huella alguna de sus pasos al regresar de sus sueños.
A los que no tienen percha donde colgar su sombrero.
A los necios eminentes.
A los lerdos reincidentes.
A los tigres de papel.
A los que viven sufriendo indecibles picazones
por eccemas en la piel de la conciencia.
A los que pierden la honra en plena misa de 10.
A aquellos que nunca cuentan lo de aquel extraño amor que mantuvieron con Dios,
y que nunca se aclaró.
A los que viven de oídas.
A los que no tienen patria señalada en ningún mapa.
Al que se encogió de hombros el mismo día de nacer.
A todos los que llegaron tarde a su latido final.
A aquellos que siempre viven cuantificando dolencias,
todas bien jerarquizadas, ordenadas y tasadas
por el grado de adicción.
A los que están tan seguros que hasta pagan con su reino
por sentirse en la emoción de zozobrar.
A aquellos que no encontraron la manera de salir de su propio laberinto.
A los que sienten la angustia de vivir en las tinieblas,
sin saber quien sale o entra, ni saber quien viene o va.
A los que dieron las gracias el día de su ejecución.
Al expulsado por ser un intruso en el Edén.
A cuales quiera que fueren juzgados por la ruindad.
A los que pasan la vida dándole cuerda a un reloj.
A los apresados dentro de un cuerpo que les desprecia.
A los que al fin pueden ver a causa de su ceguera.
A los que siempre palmaron en cualquier aprobación.
A los que beben con asco;
y aun siendo amargo ese vino optan por brindar con él.
Al condenado a ser libre y que nadie excarceló.
Al que no cree lo que ve.
Al que no ve lo que cree.
Y a los que acaban tiznados con el carbón de la fe.
A los que sólo heredaron un agujero en la suela.
A los que no buscan cura, ni quieren su curación.
A todos los que una noche por poner paz a un tumulto
salieron llenos de hostias por la ventana de un bar.
A todos los que subsisten al raso a cuerpo gentil
en la piel de lo inmediato.
A aquellos que hacen piruetas, ademanes y aspavientos
todos los días de su vida y que nunca nadie en ellos ni un instante reparó.
A los valientes que fueron.
A los cobardes que son.
Al suicida empecinado.
Y al que por fin lo logró.
A las lumis de rotonda.
A truhanes estafados.
A burlangas y a trileros.
A bujarras de estación.
Al juez que se condenó con su propio veredicto.
Al verdugo que acaricia por última vez al reo al que va a decapitar.
A aquél que quiso plantar cerezos en cementerios.
A los que nunca preguntan por miedo a contestación.
A los que siempre viajaron en alas de mariposa.
A los que atacan gigantes y acaban siendo volteados por una figuración.
A los que guardan silencio mirando a ninguna parte detrás de su ventanal.
A los que aprendieron nada.
A los que olvidaron todo.
A los que aprendieron todo y no les sirvió de nada.
A todos los que alcanzaron su meta por puro error.
A los rebeldes sin pausa.
A los que nunca cobraron un canon por el fracaso.
A los que ya no les queda ni una gota de sudor.
A los que llegan sin cita a ningún lugar concreto.
A los que engrosan las colas de la desesperación.
A los que viven desnudos.
A los que mueren vestidos.
A los que no son y han sido.
A los que ya apenas son.
Y a cualquiera o a "cualquiese" de los pacientes leedores que aquí se han parado a ver
esta sarta de incoherencias, tengan por bien olvidar este golpe de calor.
Y al mismo tiempo les pido que a éste que aquí perpetró esta sarta de desmanes,
ténganle por bienqueriente, y si en sus vidas se cruza no le nieguen el saludo, apiádense de sus trazas y concédanle el perdón.
Nésthor Olalla
lunes, 15 de diciembre de 2014
domingo, 14 de diciembre de 2014
sábado, 13 de diciembre de 2014
jueves, 11 de diciembre de 2014
ENVUELTOS EN MIL SOMBRAS
Envueltos en mil sombras
Todos mis días libro una batalla
para no ir a buscarle. Cada noche
sujeto a mi deseo, que se fuga
siguiendo su rastro.
Cuando llega la aurora
me refugian vacíos de una ausencia...
cierro los ojos llenos de recuerdos,
envueltos en mil sombras.
Elvira Sierra
Diciembre 2014
lunes, 8 de diciembre de 2014
domingo, 7 de diciembre de 2014
sábado, 6 de diciembre de 2014
FRÍO INVIERNO
Frío invierno
Hoy, mi cuerpo desnudo sobrevive,
desnudo ya de ti, de tu presencia.
Desnudo de un rencor que no suscribe;
desnudo de dolor y de inocencia.
Desnuda está mi piel con su tristeza,
desnuda la mirada, sin deseo.
Desnuda está mi noche de terneza,
desnuda de una voz y su floreo.
Desnudo está mi grito de amargura,
cuando en la soledad calla tu nombre
se pierden los ropajes de cordura;
desnortada y sin nada que me asombre
en este frío invierno. Estoy desnuda
amor, no seas cruel, ¡dame tu ayuda!
desnudo ya de ti, de tu presencia.
Desnudo de un rencor que no suscribe;
desnudo de dolor y de inocencia.
Desnuda está mi piel con su tristeza,
desnuda la mirada, sin deseo.
Desnuda está mi noche de terneza,
desnuda de una voz y su floreo.
Desnudo está mi grito de amargura,
cuando en la soledad calla tu nombre
se pierden los ropajes de cordura;
desnortada y sin nada que me asombre
en este frío invierno. Estoy desnuda
amor, no seas cruel, ¡dame tu ayuda!
Elvira Sierra
Noviembre 2014
jueves, 4 de diciembre de 2014
NO ME BUSQUES
No me busques
No me busques, amor, no me atormentes...
tú sabes que no puedo darte nada.
Has dejado vacía mi morada;
la razón descreída, sin regentes.
Te adoraba, en mis horas más fervientes,
cuando creía en ti. Y, en tu llamada
me sentía feliz, alborozada,
entre arrullos de gozo incandescentes.
Nada me queda... solo eterno duelo.
Se han marchado las lunas de mis ojos,
las estrellas no brillan en mi cielo.
Algún amanecer, de tonos rojos,
siento suaves caricias en mi pelo...
que esconde la cordura entre cerrojos.
Elvira Sierra
Diciembre 2014
martes, 2 de diciembre de 2014
sábado, 29 de noviembre de 2014
jueves, 27 de noviembre de 2014
miércoles, 26 de noviembre de 2014
viernes, 21 de noviembre de 2014
PRISIONERO DEL VIAJE
Prisionero del viaje
Está triste el naranjo, llorando el limonero,
llueven amaneceres que traen el olvido
dejando solo ausencias de los que ya se han ido
buscando otros lugares con destino certero.
Es tiempo permanente, del viaje prisionero,
es postrera morada del último latido.
Un ciclo inevitable mas siempre repetido
que inflexible devasta jardín y jardinero.
En el patio sin vida se enmohece la piedra,
la humedad va vistiendo con grises las paredes…
se endurece la roca, se oscurece la yedra.
Nada interesa entonces desde dónde procedes,
ni el camino seguido cuando el viento no arredra;
es inútil negarse, nada hará que te quedes.
Elvira Sierra
Noviembre 2014
jueves, 20 de noviembre de 2014
miércoles, 12 de noviembre de 2014
sábado, 8 de noviembre de 2014
LLEVA EL DOLOR
Lleva el dolor
Tu sol nunca se puso en mi ventana,
brillabas a lo lejos tan distante
que no pude alcanzarte ni un instante
haciéndome sentir fría, lejana.
Cuando quise aferrarme a tu solana,
no disfruté su miel, aunque constante
llegaba hasta mi puerta llameante
a beber mi suspiro en la mañana.
¿Por qué me regalaste tu esplendor
sabiendo que te irías sin regreso
y nunca más sabría qué es amor?
Me desterraste amor, hoy lo confieso…
vuelve de nuevo a mí, lleva el dolor.
¡Perfúmame la boca con tu beso!
Estás ausente amor... no te me niegues;
yo te recibiré cuando tú llegues.
brillabas a lo lejos tan distante
que no pude alcanzarte ni un instante
haciéndome sentir fría, lejana.
Cuando quise aferrarme a tu solana,
no disfruté su miel, aunque constante
llegaba hasta mi puerta llameante
a beber mi suspiro en la mañana.
¿Por qué me regalaste tu esplendor
sabiendo que te irías sin regreso
y nunca más sabría qué es amor?
Me desterraste amor, hoy lo confieso…
vuelve de nuevo a mí, lleva el dolor.
¡Perfúmame la boca con tu beso!
Estás ausente amor... no te me niegues;
yo te recibiré cuando tú llegues.
Elvira Sierra
Noviembre 2014
viernes, 7 de noviembre de 2014
jueves, 6 de noviembre de 2014
Suscribirse a:
Entradas (Atom)