Adagio de amor
Tómame hoy en el tempo de un adagio
que quiero eternizar este momento.
Es mi cuerpo el violín, dulce presagio,
vibrante en el segundo movimiento.
Va ese primer andante algo impetuoso,
seguido sin premura del segundo
que ralentiza el tempo amplio y fastuoso
albergando al agudo más profundo.
Se desvanece breve en un silencio
permitiendo seguir la melodía
que de nuevo ascendente diligencio
porque un bis encantada tocaría...
Melodía de amor encadenada,
música celestial en la alborada...
Elvira Sierra
(Marzo 2013)
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