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martes, 28 de enero de 2014

¿A DÓNDE FUI?









¿A dónde fui?


No sé qué fue de mí. Ya no me encuentro,
bien sé que me perdí, mas no sé cuando,
aunque a veces me siento muy adentro
tan ausente del yo que está vagando.

No sé qué fue de mí. Ya no me busco,
dédalo interior lóbrego, gris... frío;
concreción cultivada en su molusco
preservada de todo en un vacío.

No sé qué fue de mí. Ya no me importa
si amé o si herí, son cosas del pasado...
Ni el contemplar el mar ya me conforta;
tantas veces mi amigo fiel, mi aliado...

No sé qué fue de mí, ni adónde fui,
pero sé que él no estaba junto a mí.


Elvira Sierra
Enero 2014
                                                        


sábado, 25 de enero de 2014

TAÑEN LAS CAMPANAS







Tañen las campanas


Llevan tiempo tañendo las campanas,
las que anuncian los ecos del olvido.
Son inmisericordes al oído,
sin descanso en la noche y las mañanas.

Cada vez me repican más cercanas
y el mensaje no tienen escondido;
suaves brisas esparcen su sonido
que me llega aunque cierre las ventanas.

En el aire el recuerdo sobrevive
se va y vuelve escondido en sutil vuelo      
que ilusorio aún ignora su declive.

Hay tristeza en el alma y llega al cielo,
su algodón de colores la recibe;
conmovidas las nubes dan consuelo.    
                                                                    
Elvira Sierra
Noviembre 2013



domingo, 12 de enero de 2014

LA ROSA DEL AMOR






       
La rosa del amor

Me regaló el amor rosa maldita,
sin saber que venía envenenada
y escondida en su belleza infinita
traía a si adherida dinamita
que explotó de manera incontrolada.

Me ofreció su capullo incandescente.
Cuando yo lo aceptaba ilusionada,
ignoré que su herida es inherente;
la espina está a su flor entrelazada.
El amor es dolor, cosa evidente.
                                                
                                                               
Elvira Sierra
Noviembre 2013


jueves, 9 de enero de 2014

DEVUÉLVEME LAS ALAS








Devuélveme las alas


Son las alas del amor la suave brisa
que acaricia el corazón con su aleteo,
al principio con devaneo sutil
que sublime cautiva turbador.

Es un Céfiro que sin prisa, apacible
e impasible, conquista al trofeo nuevo
y afianzado con su cosquilleo dulce
encandila al alma que se entrega esclava.

No hay mundo más allá de su paraíso,
ni vida más que si alegres aletean.
No hay mundo, ni vida, ni anhelo; no hay nada.
¡devuélveme las alas! Te ruego, amor.
                                                        
Elvira Sierra
(Junio 2013)




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