Espera...
Espera, Amor, espera...
que tengo cosas nuevas que decirte;
pronto florecerá nuestro cerezo
y este invierno, tan largo, que vivimos,
agota ya sus horas, agoniza.
Espera, Amor, espera...
esa otra mujer, dueña de mi esencia,
que habita y manda en mi alma;
Amor, esa otra... cada noche llora.
Escoge bien tu flecha terminal;
selecciona en la aljaba una tajante
y párteme en dos, ábreme ya el pecho,
¡dispárame otra vez!
No temas a la herida, soy valiente,
ni temas hacer sangre, que estoy viva.
Necesito sentir... ¡dulce o amargo!
Se muere de impotencia mi deseo.
Elvira Sierra
Febrero 2015